Vientre para procrear, alas para volar.

a Suren, por su reciente maternidad.

Soy de una generación de mujeres crecidas y formadas en un contexto que le dio otro rol social a la mujer, por condicionantes económicas más que por igualdad de género es verdad, pero así fue. Aprendimos que somos iguales que los hombres y que tenemos derecho a la libertad, a hacer y deshacer tanto como ellos y nos lo creímos, y así nos planteamos vivir. Lograr esa idea de la igualdad de género se vuelve nuestro modo de vida y hasta lo logramos casi al 100%, pero la experiencia de la maternidad es algo que ineludiblemente atenta, rompe y cuestiona todo ese discurso de igualdad desde la más rudimentaria y pura biología.

Eso inconscientemente lo sabemos, sabemos que nuestra vida no será para nada igual en términos de “libertad” (la libertad que nos vende occidente) luego de tener un hijo, en especial si una decide ser madre comprometida, responsable y priorizar las necesidades del bebé, por encima de las propias y de las de la sociedad contemporánea (nuestras sociedades lo que necesitan son mujeres trabajadoras porque a más manos de obra, mayor productividad). En mi caso siempre pensé que no estaba lista para tener un hijo y eso me llevaba a posponerlo hasta el infinito, hasta que un día decidí que era el momento pero en el fondo sabiendo que todavía no estaba lista. Cuando comentaba acerca de mi postura con alguien siempre salía el tema de que nunca se está listo para tener hijos, pero argumentando en el sentido de  hacer bien o mal las cosas, o de tener o no tener condiciones económicas. Sin embargo en mi caso esas cosas no me preocupaban, mi sentido de estar o no lista, no iba por ahí. Mi listo tenía y tiene que ver todavía con esa sensación de libertad, de poder ser y hacer las cosas a mi modo, a veces negociando por acá o por allá pero siempre con la certeza de manejar mis tiempos y mis compromisos a mi antojo.

Hoy 3 años después de vivir intensamente mi maternidad estoy convencida de que definitivamente no estaba lista, y digo más… creo que si entonces hubiera sabido lo que sé de la experiencia de la maternidad probablemente habría decido no ser madre. Es que en ese supuesto en el que me movía de ser libre e igualitaria en mi vida, esto que vivo hoy carece de sentido y no tiene nada que ver con mi cotidianidad. De hecho afortunadamente me lancé a la maternidad sin estar “preparada” porque sin dudas ha sido la experiencia más intensa y de la que más he aprendido en mi vida y de haber sabido de antemano que la palabra libertad carecería al menos del sentido original, habría elegido no tener hijos y me habría perdido todo este aprendizaje.

Lamentablemente no creo que este mundo occidental, egoísta y frívolo en el que vivimos nos prepare para ser madres en toda la dimensión de la palabra. Creo que esta es de las contradicciones más fuertes que vive la especie humana en este momento, pues biológicamente como especie nos resulta imprescindible reproducirnos, sin embargo desde los supuestos modernos los hijos se vuelven una carga, un estorbo, una amenaza para la realización personal de cada uno y una (en especial para las mujeres). De modo que por eso hemos ido armando las cosas para que los niños y niñas cada vez se críen y crezcan de la manera más despersonalizada, con el menor compromiso de sus padres y madres, y que sea la sociedad (ni siquiera la tribu o el grupo más cercano) sino un ente abstracto, impersonal y sin afectos quien se hace cargo de ellos y ellas (las guarderías, los biberones, los coches, los portabebés, los muñecos de peluche, los chupones, las cunas, los suplementos de leche, las papillas comerciales, los pañales desechables (que hasta impiden el vínculo natural con las heces y la orina). Sustituimos con juguetes interactivos lo que les toca a los/las madres y padres o abuelos enseñar, dejamos en manos de la escuela en sus diferentes modalidades y niveles, el aprendizaje de nuestros hijos e hijas y por supuesto en el mundo digital y la tv que en las últimas décadas son cada vez más protagonistas en ese proceso. El hecho de que cada vez se recurra más a esos padres y en especial madres sustitutas que nos hemos ido inventando y que los niños y niñas crezcan y se formen más en esos contextos, es sin dudas el responsable de las tantas carencias, del vacío a nivel individual y de la despersonalización y la falta de compromiso hacia los demás con la que vivimos (ya muchos de nosotros somos herederos de estos nuevos métodos de crianza) y que también asumen con cada vez más fuerza las nuevas generaciones. A nosotros nos tocó ya algo de este proceso, aunque por entonces los niveles de despersonalización no llegaron a ser demasiado altos, pero ya fuimos hijos separados de nuestras madres demasiado pronto y en la mayoría de los casos no fuimos amamantados. Así que es lógico que en buena medida pensemos que es normal y apropiado hacer lo mismo con nuestros hijos e hijas.

Claro que como mujeres enfrentamos miedos ante la maternidad pues ser madres, es probablemente la única experiencia de vida en occidente en la cual las mujeres especialmente quedamos atrapadas de por vida, y los términos de libertad que aprendimos pierden sentido cuando te dejas llevar y fluir por todo el enamoramiento hormonal que desencadenan nuestros bebes en cada una de nosotras. Incluso aquellas madres que despersonalizan su maternidad y que parten del supuesto de que los bebés tienen que ser independientes y arreglárselas solos desde el primer día y por ende los dejan llorar para que aprendan o no los cargan para que no se malacostumbren, o no los amamantan para que el vínculo no sea demasiado fuerte, ni les dedican demasiado tiempo y por supuesto tampoco les dan demasiado amor; incluso ese tipo de madres tienen que “cargar” con el peso de su maternidad por el resto de la vida. Incluso esas madres que supuestamente arman todo para mantenerse en el esquema de la independencia y la libertad occidental, no pueden romper los lazos con sus hij@s y tienen que hacerse cargo de ellos hasta que pueden valerse por si mismos en mucha mayor medida que los padres de esos niñ@s.

Lo contradictorio de esta maternidad sin demasiados compromisos es que en lugar de formar niños y niñas más independientes, seguros, saludables y capaces de valerse por sí mismos terminan formando niños enfermizos, dependientes, cargados de miedos, carentes de seguridad y por ende cada vez más incapaces de madurar y valerse por sí mismos. Esos son luego los adultos que más tiempo permanecen al lado de sus madres y padres, que son incapaces de tomar sus propias decisiones, que están llenos de temores y de dudas para enfrentarse al mundo. De modo que en aras de vivir una maternidad más “libre” y de negarse al apego y el vínculo estrecho que nuestros hijos e hijas demandan, estas madres tienden a prolongar a veces incluso a eternizar un vínculo de dependencia que cargan por el resto de sus vidas. A la vez que viven una dualidad entre evitarse demasiado apego y compromiso hacia sus bebés y niños pequeños y luego la sorpresa de caer en cuenta no reconocen a sus hijos e hijas, que no vivieron con ellos y ellas su desarrollo y aprendizaje o que son negadas y en el peor de los casos rechazadas por est@s en la adolescencia.

Todo sería mucho más sencillo en términos de maternidad-paternidad si en lugar de armar y elaborar ideologías y expectativas en relación a la libertad de la mujer y el rol femenino a imagen y semejanza del masculino, como tanto ha promulgado el feminismo, partimos de acertar la ineludible diferencia biológica que impone obvias limitaciones. Madre y padre, cada uno tiene un papel diferente en términos del acompañamiento y la crianza de los hijos en las diferentes etapas de su desarrollo, y el papel de la madre al menos durante los primeros 2 a 3 primeros años de vida implica un vínculo de apego, una cercanía y una dependencia con su bebé que es totalmente incompatible con los supuestos occidentales de libertad. En especial si queremos velar por el bienestar de los bebés y niños pequeños y por ende por nuestro futuro como especie.

Es un tema que da para mucho, así que seguiremos conversando al respecto.

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4 respuestas a Vientre para procrear, alas para volar.

  1. suren dijo:

    Mice, gracias por dedicarme esta reflexion muy tuya y muy a proposito de mi marternidad, la verdad que pensamos muy parecido respesto a estos temas del feminismo asociado a la maternidad. Es curioso que el aprendizaje que se establece durante la gestacion, al menos en mi caso haya sido un aprendizaje mas instintivo que intelectual, lo intelectual ha venido a confirmar muchas de las ideas que ha ido surgiendo a lo largo de estos 9 meses de manera espontanea, y mirando a mi alrrededor como la hembra-madre que soy, he podido leer el mensaje de la vida misma y creeme que es muy diferente al mesaje que me dan el la tele o el que proviene de la cultura occidental de la que soy parte o lo que es peor, de la que las propias mujeres me transmiten. Mucha tristeza me da escuchar a las mujeres decir que una cesarea es muy segura, rapida y te dejan la barriga planita para ponerte el bikini, me horroriza ver a la cantante Shakita planificar su cesarea para que su hijo naciera un 22 de enero, es decir, ya que ella y el padre del bebe nacieron el 2 de febrero, ella tuvo la genial idea de sumar esos numeros y programar el nacimiento de su bebe, sin importar si estaba listo o no para nacer, me incomoda la frivolidad con la que muchas de las que son madres me cuentan de que los hijos son hermosos mientras son pequeños, pero que luego no hay quien los aguante, que para que darle la teta si eso te estira los pechos y ademas luego cuesta para descriar al bebe, que las guarderias son ideales porque los niñ@s aprenden un mundo de cosas, y miles de ideas que me hacen cuestionar un poco elpor què han parido si realmente no querian complicaciones ni involucrarse emocionalmente con sus hijos. Supongo que son cuestiones de dificil discusion, que cada mujer tiene razones para elegir una forma de vida u otra, pero lo que està claro es que cada dia a la mujer se le van arrancando pedazos, se le van arrebatando sueños, se le hace cargar con la culpa por una sociedad que no se ocupa para nada de atender sus necesidades, cuando me dicen que uno debe incorporarse al trabajo para producir y dejar a un lado el romanticismo de la maternidad, yo respondo que lo ideal seria que ese trabajo se adaptara a mi maternidad, les digo que gracias a la maternidad-paternidad, la sociedad contarà con personas que seràn capaces de desarrollar la propia sociedad, digo que las personas que me dicen estas cosas estàn aqui gracias a que una madre, abuela, padre, tio, tia, cuidò de ellos, les ayudò a dar sus primeros pasos en la vida. Este olvido proviene de la desmaternalizacion del mundo, y con esta destrucion se destruyen los atributos femeninos, como la tierra, el arte, la sensibilidad. El sentido comun desaparece, la gente le da valor a cosas que no lo tienen, cosas que habitan fuera de ellos y son cada vez mas infelices, los niñ@s estan tristes, se niegan a comer, se niegan a compartir, los he visto en los parques de la ciudad, no hablan, gritan, chillan, se vuelven irascibles, piden y piden a sus padres que aquejados del sindrome de la culpa por no estar todo el tiempo con ellos los llenan de regalos que luego los niñ@s tiran, porque esos regalos son a veces los restos del reproche y la frustracion de los padres por la miserable vida que llevan.
    Yo creo que cada mujer debe asumir su feminidad y en el caso de las madres su maternidad, como un proceso de evolucion personal, tener la responsabilidad de sentirse parte del todo, si ella no està bien sus hijos no estan bien, y la sociedad no està bien. Cuando veo a todos esos hombres y mujeres dañando el mundo, dañando a otros seres humanos, dañandose a si mismos, solo puedo pensar en cuando estas persona eran bebes, pienso en cuando estaban en el vientre de su madre, y no hago otra cosa que tirar el tiempo hacia atràs y ver que todo pude ser diferente a lo que es, es cuestion de amor y responsabilidad.

    Gracias por dejarme un espacio en tu reflexion.

    Te quiere tu amiga.

    • micelys dijo:

      Un gusto leerte Surena, cada vez somos más mujeres y hombres tomando conciencia de que las cosas no han estado bien hasta ahora en relación a la crianza y el acompañamiento de los hijos. Ni del modo como las armó el machismo, ni como las promovido el feminismo.Tenemos el reto por delante de armar un mundo que también tome en cuenta a las nuevas generaciones (a nuestros hijos e hijas), que deje de ser inmediatista y empiece a pensar en las consecuencias hacia el futuro de nuestros actos de hoy, y desde ahí cambiar nuestra relación con todo lo que nos rodea, desde la naturaleza hasta las otras culturas y los otros seres humanos.
      Creo que todo tiene que empezar por desarrollar nuestra capacidad de amar y eso se da desde el útero y en la primera infancia, así que el gran reto moderno es replantearnos nuestra maternidad-paternidad y desde ahí podremos armar un futuro diferente pues formaremos a seres humanos con un sentido diferente de lo que sus prioridades y con una mayor predisposición a amar lo que lo rodea. Es un reto grande pues como dices todavía mucha gente no toma conciencia de las repercusiones de sus actos en relación a los hijos e hijas, por eso los que si lo hemos hecho tenemos mayor responsabilidad y una inmensa e invaluable tarea por delante. Desde mi perspectiva al margen de la tristeza que me dan las actitudes como las que comentas en realidad lo que más me llega es el sentido de la responsabilidad y el compromiso al armar mi maternidad de una manera diferente, el compromiso hacia mi hijo en primer lugar pero también hacia muchos otros niños y niñas, pues es un mensaje que uno trasmite en primer lugar desde el ejemplo y luego desde acciones concretas en favor de armar una maternidad-paternidad responsable y con apego.
      Un abrazo amiga y sigamos aprendiendo y compartiendo en este camino de crecer como madres.

  2. Mice, leí cuidadosamente tus reflexiones y las de tu amiga, y como bien dices, es un tema con un caudal muy grande de puntos a discutir. Me conoces, y sabes que me gusta escuchar opiniones diversas y darle espacio a esta diversidad, por qué no?. Estoy segura existen muchas madres que podrían re-plantearse el tema desde otros ángulos, desde sus propias experiencias de vida. Algunas han tenido la oportunidad de elegir de qué modo van a enfrentar la vida de un hijo, de qué modo crecerá: O, como refieres; en guarderias, con biberones y coches, o del modo más comprometido y apegado. Algunas mujeres teniendo la posibilidad de elegir este último, prefieren no hacerlo, por diversos motivos, ya sea para librarse de los dolores de todo tipo, para librarse de un cuerpo gastado, para mantener los pechos mirando hacia arriba, para gozar de condecoraciones y premios o simplemente, la vida activa en el mundo de la profesión, o porque simplemente sin su trabajo, no habría con qué para dar de comer al hijo. Miles de ejemplos escuchariamos si dejaramos hablar a todas las voces. Yo, prefiero respetarlas porque cada cual al final, hará lo que quiere hacer. No creo que pueda cambiar las cosas si tuviera otro punto de vista.
    Yo solo quería, chicas, hablarle de mi experiencia personal, puede que les guste, puede que no, pero yo quiero compartirselas hoy porque esa fue la que elegí yo, y a pesar que es muy dificil, me siento feliz, porque era lo que en definitivas quería hacer yo!
    A los 26 áños, ahora tengo 34, empezó a crecer en mi un deseo de dar amor plenamente, comencé a pensar en un hijo de un modo más serio, pero no tenía a mi lado al hombre con el cual podía compartir este gran deseo. Entre tanto, me hice filóloga, o ya lo era; me encantaba escribir alguna que otra vez de mis tristezas, de mis amores o desamores, de la vida. Me encantaba cantar, me encantaba traducir al español poemas en griego, tenia sueños de ser traductora intérprete de griego, en fin, tenía anhelos de hacer miles de cosas como toda persona joven. Cuando llegó a mi vida mi esposo, DECIDI.!
    Mi vida ahora es inmensa, a veces piesno que no, que me «estoy embruteciendo» como decia mi amiga Betty, en una casa, detrás de las casuelas y los culeros de los hijos. Pero hoy más que nunca me aseguro y convenso de mi decición de haberme quedado con ellos en casa, de haberlos visto crecer en cada minuto, de haber visto el despunte de sus primeros dientes, de haber gozado de sus primeras sonrisas, de besarlos en las manañas cuando despiertan, de haber tenido el tiempo del mundo, ya que me quedaba en casa con ellos todo el tiempo, de cantarles alguna que otra canción de cuna, de que me dieran sin quererlo algún golpe en sus juegos, de que mamaran el dedo enredados en mi pelo o me dijeran ¨mamá, no puedo dormir sin tu abrazo¨ Y no me importa que no he terminado aún aquellas letras que comencé a escribirles cuando nacieron porque no tengo tiempo, y no me importa que no tengo el tiempo que deseo para entrar al facebook y recrearme en conversaciones y juegos electrónicos o las horas que me gustaria emplear para leer la decena de libros comprados que no han sido leídos todavía, por esta ¨falta de tiempo¨. No me importa! Espero a la noche, muy tarde, cuando, a pesar que mis ojos están abiertos, mi mente se encuentra bloqueada… para tocar algunas teclas de un instrumento que lleva corage comprender, no me importó nunca ni el pecho caído, ni la cabeza, también caida sobre mis hijos en las interminables madrugadas de leche de pecho.

    Es mi sola elección, no digo que es lo mejor, simplemente es mi elección!!! Yo nunca cambiaría la vivencia de estos cinco años con mis hijos por las traducciones-publicaciones de miles de libros. En mi caso podría no culpar a la sociedad machista de que yo no tenga tiempo para mis deseos personales, porque estos deseos personales se convirtieron en aves que vuelan muy lejos, en estos momentos. Algún día las haré regresar, por ahora, prefiero disfrutar el goce de vivir al lado de mis hijos, haciendo lo que pueda, cuando se pueda, a la hora que pueda, no tengo otra alternativa, pero es mi elección! Quiero ser y estar en estos momentos para ellos!

    A las dos mucha felicidad y goce pleno de lo más sagrado que para mí se nos da en la vida: el ser madres y ver crecer a nuestros hijos saludables de cuerpo y alma. Amor para ellos! Y mucha salud para todos y todas!!!!!

    • micelys dijo:

      Mile me parece muy interesante que nos compartas tu experiencia de maternidad, creo que a muchas nos sucede parecido que a ti pues esto de ser madres sin dudas es la experiencia de amor, entrega y el enamoramiento más fuerte que podamos sentir. Lo que sucede es que en muchos casos nos resistimos, nos negamos a dejarnos arrastrar por la maternidad y a sumergirnos en ella, pues ante todo somos mujeres profesionales «con una vida y un futuro» por delante. Como si ser madres fuera un carga pesada o aquello que me desvía de mi camino, y no una posibilidad de reencontrar, replantear y transformar el camino que otros han elegido por mi y en el cual yo terminé por creer que se trataba de mi camino.
      En mi caso al menos así lo he vivido. La maternidad me ha dado la oportunidad de cuestionarme unos supuestos de género en los que yo creía fervientemente y que desde esta nueva mirada puedo discernir que estuvieron estructurados, armados y basados en los principios, reglas y supuestos del mundo masculino. Así que me siento con el compromiso y el reto de transformar esos supuestos y luchar por construir un mundo nuevo en el que como mujer-madre si pueda tener cabida, lo mismo que las mujeres que decidan no ser madres o que los hombres-padres o aquellos que elijan no serlo.
      Vivamos nuestro camino y sigamos compartiendo juntas estas experiencias que redimensionan nuestra feminidad 😉

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